COMENZÓ LA SEGUNDA TEMPORADA DE "EN TERAPIA"

Todo parece empezar mal para el doctor que interpreta Diego Peretti en el comienzo de la segunda temporada de “En terapia”, que arrancó anoche por la pantalla de La Televisión Pública. 

En la primera escena el doctor Montes muestra el nuevo consultorio luego de su separación; inmediatamente Jorge Ramírez (Federico Luppi) llama a su puerta y le informa que iniciará contra él una demanda legal por mala praxis a causa de la muerte de su hijo Gastón, el joven de las fuerzas especiales de seguridad con fantasías o tendencias homosexuales (Germán Palacios) de la primera temporada.

Seguramente shockeado por la situación, Montes acude a pedir auxilio legal a la abogada de un prestigioso estudio jurídico, que es (mala idea) una ex paciente cuyo tratamiento fue interrumpido por indicación del terapeuta, a quien ella culpa por estar sola y no ser madre.

La abogada es Juliana, presentada como la paciente de los lunes y en manos de Carla Peterson, una de las nuevas incorporaciones de este segundo ciclo argentino de la exitosa serie mundial israelí "Be Tipul".

La licencia de la ficción permite que Montes sea asesorado jurídicamente en un caso de mala praxis por una abogada que considera que con ella ejerció mala praxis, pero la contradicción ética promete rendir frutos dramáticos si (tal como se anuncia) Juliana efectivamente vuelve a terapia después de 16 años de interrumpido el primer tratamiento.

Peterson y Peretti tienen buena química actoral y, sobre todo, muchas cuentas pendientes que saldar: ¿un enamoramiento, un arrebato, una renuncia?, no se dice, aunque todo fue sugerido en el primer capítulo.

La ficción de mayores estándares industriales de La Televisión Pública, que arrancó el año pasado con la primera temporada, muestra en esta segunda saga de 40 capítulos algunos cambios: no es tan cerrada ni tan estática como la primera, promete más movimiento, otros giros, otros personajes, nuevas historias.

Vuelve a estar presente Norma Aleandro, pero ahora como terapeuta y no supervisora clínica, ya que el doctor Montes volverá a análisis, como Juliana, envuelto en varias complicaciones: separación, litigio legal, vueltas del pasado.

También reaparece la pareja, ahora separada, de Dolores Fonzi (Ana) y Leo Sbaraglia (Martín), que traen a terapia a su hijo Maxi (Gonzalo Slipak).

Luisana Lopilato (Valentina), una estudiante de arquitectura que acaba de ser diagnosticada de un cáncer linfático; y José (Roberto Carnaghi), un empresario a punto de ser despedido en el marco de una reestructuración organizacional completan, con Peterson, los pacientes del nuevo ciclo.

El primer capítulo mostró excelencia en todos los aspectos relacionados con la realización televisiva y la adaptación de Esther Feldman y Alejandro Maci es muy precisa en la traslación a la escena local de angustias y conflictos que se viven en todo el mundo.