El encuentro es en el barrio de Recoleta. El clima es muy generoso, más que cálido, atípico para esta época del año. La gente va encarando un fin de semana, con pronóstico de lluvias. El público aprovecha, al máximo, el momento y se observa a varias personas tomando sol en los bancos de una plaza. En un café emblemático, ubicado en la calle Quintana, nos reunimos con Guillermo Francella. El actor se ubicó en una mesa y, a través de un amplio ventanal, pudo registrar el movimiento en la calle.
Guillermo acaba de filmar “Corazón de león”, que cuenta con la dirección de Marcos Carnevale y la participación protagónica de Julieta Díaz.
“Realmente me encuentro muy feliz. He dado vida a un difícil personaje y es algo que me motivó para meterme en el universo de esta persona especial que mide 1 metro 36 centímetros”.
-¿Te llevó este personaje a una investigación en particular?
-Siempre es mejor contar con elementos que nos abran un panorama más claro en cuanto a la historia a desarrollar. Si bien el aspecto técnico y digital tiene una incidencia importante, la humanidad que se le imprime a estos personajes, me refiero fundamentalmente al mío, es algo que forma parte de los perfiles más sensibles de la actuación. Además, este filme me posibilitó la enorme experiencia de haber trabajado, por primera vez, con mi hijo Nicolás, de 22 años. Realmente pudo llevar a cabo un gran trabajo.
-¿Tenés en vista, ahora, participar en alguna ficción televisiva?
-En la pantalla actual se están pasando muchas horas de material que he realizado años atrás y al que me referí, en numerosas oportunidades. No tengo previsto, reitero, realizar algo por televisión.
-El cine sigue ocupando, por ahora, todo tu tiempo.
-Es verdad y en días más voy a participar de un proyecto que se llamará “El misterio de la felicidad”, dirigido por Daniel Burman. Una comedia muy atrapante con perfiles donde el drama y el humor se combinan.
-En teatro, ¿qué tenés en vista, Guillermo?
-En la próxima temporada, con Adrián Suar (luego de “La cena de los tontos”) vamos a participar de un nuevo proyecto teatral, “Dos pícaros sinvergüenzas”, una comedia con matices de diversión muy fuerte”.
Una y otra vez, Guillermo afirma que está pasando por un etapa particular de su trayectoria. Momentos de gran definición y con rigor estético y artístico propios, el artista dice que lo mejor está por venir, un rezo que parece convertirse en un gesto creativo y de permanente asistencia.
Hace un tiempo, las situaciones de algunos personajes que Francella genera en la pantalla televisiva sirvió para que un muchacho, en una situación de salud casi terminal pudiera llegar a tener una rehabilitación. Un acto de fe y humano que los familiares de esa joven agradecerán, seguramente, de por vida.
