Una
inmensa cantidad de personas que los organizadores calculan en 100 mil,
se dieron cita este fin de semana en la 38 edición de la Feria del
Libro para mostrar una vez más el éxito de convocatoria de este mega
encuentro cultural que año a año concita el interés de un público de lo
más diverso.
Familias enteras, con cochecitos
de bebes y niños agarrados del manubrio que se querían parar en cada
stand para mirar historias de dinosaurios o escuchar como les contaban
un cuento, se alternaban con jóvenes hojeando historietas mientras se
comían un pancho y tomaban una gaseosa.
También había abuelos con sus nietos, amigos, estudiantes, expertos buscadores de títulos y una marea que entraba y salía de la feria a un ritmo constante, incluso a pesar de la lluvia del sábado.
Y como un malón llegaban los seguidores de Alejandro Dolina, del gurú y ex niño prodigio Claudio María Domínguez, la chilena Pilar Sordo y otros nombres del universo mediático, de la radio y de la televisión.
Y como contraste, los que se dieron cita para renovar su compromiso con la literatura, muchos interesados por los escritores latinoamericanos o por las excelentes ofertas que ofrecían varias editoriales.
Y algunos haciendo números para darse el lujo y comprarse ese libro deslumbrante, por encima de lo que pensaba gastar.
La gente lo invadía todo en su afán por participar: algunos bailaban folclore en el stand de San Juan o los padres se arremolinaban en el espacio de Santiago del Estero para que sus hijos participaran de la clase de bombos, ambos situados en el pabellón Ocre, que tiene el ingreso por Plaza Italia.
Llegada la noche todo era algarabía, risas, bolsitas de libros y mucha música, para engalanar y entretener a esa enorme cantidad de visitantes que le dijeron que sí a la Feria del Libro.
Telam
También había abuelos con sus nietos, amigos, estudiantes, expertos buscadores de títulos y una marea que entraba y salía de la feria a un ritmo constante, incluso a pesar de la lluvia del sábado.
Y como un malón llegaban los seguidores de Alejandro Dolina, del gurú y ex niño prodigio Claudio María Domínguez, la chilena Pilar Sordo y otros nombres del universo mediático, de la radio y de la televisión.
Y como contraste, los que se dieron cita para renovar su compromiso con la literatura, muchos interesados por los escritores latinoamericanos o por las excelentes ofertas que ofrecían varias editoriales.
Y algunos haciendo números para darse el lujo y comprarse ese libro deslumbrante, por encima de lo que pensaba gastar.
La gente lo invadía todo en su afán por participar: algunos bailaban folclore en el stand de San Juan o los padres se arremolinaban en el espacio de Santiago del Estero para que sus hijos participaran de la clase de bombos, ambos situados en el pabellón Ocre, que tiene el ingreso por Plaza Italia.
Llegada la noche todo era algarabía, risas, bolsitas de libros y mucha música, para engalanar y entretener a esa enorme cantidad de visitantes que le dijeron que sí a la Feria del Libro.
Telam