WILLEM DAFOE DIJO: NO SOY UNA ESTRELLA DE CINE

El actor Willem Dafoe llegó al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata junto a su mujer, la realizadora italiana Giada Colagrande, para presentar la película "A Woman", aseguró en una entrevista con Télam que no se considera una estrella de cine sino un actor.

"No soy una estrella de cine, y no lo digo por modestia, lo digo porque las estrellas de cine son personas que generalmente adoptan una personalidad y las películas se convierten en un vehículo para llevar esta personalidad adelante, mientras que el actor es alguien más desarmado, que va hacia un lugar y toma la forma que ese lugar le está pidiendo", remarcó Dafoe.

"Quizás sea una idea obvia -agregó el actor norteamericano nacido en Wisconsin- pero para mí se pueden dividir los actores y sus carreras en base a esta definición".

"En realidad -aclaró- hay grandes estrellas de cine que me generan mucho placer ver y que hacen cosas muy divertidas pero en mi caso, si me piden que repita algo o que haga cosas que se me atribuyen previamente me pongo muy nervioso y me gusta poco y nada; por el contrario, mi placer interior es saber que no tengo alianzas con nada, excepto cierta flexibilidad y curiosidad".

Con 56 años y habiendo trabajado con casi todos los nombres importantes del cine, desde Martin Scorsese a Abel Ferrara, pasando por Win Wenders, Lars von Trier y David Lynch, Dafoe es sin dudas uno de los grandes actores de la escena mundial que puso el cuerpo a personajes imborrables como el Sargento Elías de "Pelotón", Bobby Perú de "Corazón salvaje" o el mismo Jesús en "la última tentación de Jesucristo.

"Sí, lo que usted quiera -rezonga- pero no soy una estrella de cine, no me siento afectado por la fama, yo viajo todo el tiempo como una suerte de tipo que está vendiendo aspiradoras puerta a puerta: nunca sé cuál va a ser mi próximo trabajo, no tengo contratos ni seguros laborales con nadie, muchas veces me siento como un tipo que no sabe qué va a suceder con su vida la mañana siguiente", dice.

"Mientras que si pienso en una verdadera estrella de cine -comenta riéndose- me lo imagino en una pileta rodeado con chicas haciendo topless, aspirando cocaína y esperando que suene el teléfono".

- A lo largo de su carrera cinematográfica usted ha interpretado infinidad de papeles, ¿han tenido esos personajes efectos sobre su vida personal? - Siempre las actuaciones te afectan porque están invitando a que salga hacia afuera una parte tuya, yo siento que soy todos los personajes que hice porque si no fuera así, quién diablos es ese tipo que tiene mi cara, mi voz y mi cuerpo. Es posible que en un papel uno ponga en juego partes propias que habitualmente no utiliza o, por el contrario, puede pasar que tenga que poner cosas que le son muy habituales pero está claro que la actuación es una acceso a universos nuevos.

- ¿Siempre es distinto? - Me gusta explorar distintos tonos y distintas sensaciones.

Cada vez que actúo es diferente y cada vez es una nueva pelea con algo que desconozco y que tengo que atravesar; esa tensión propia de la actuación que te obliga a transitar zonas desconocidas es lo más gratificante y además si puedes vivir con ello y puedes trasladarlo a tu vida real a veces funciona como una suerte de terapia, como un ejercicio que te ayuda a llevar tu vida hacia adelante.

- ¿Compone usted los personajes previamente o llegan más desde el vacío, en el set? - Depende, siempre es diferente, a veces te ponés un traje y decís `listo, lo tengo` y salís al ruedo o a veces tenés que leer, practicar, cometer muchos errores y recién entonces de todo ese proceso el personaje está listo o, incluso, a veces nunca está listo e igual hay que hacerlo y lo maravilloso del cine es que, aun en esas circunstancias, puede resultar algo bueno, porque el cine es colaboración, y tu trabajo puede ser mejorado o, a veces, empeorado.

- Habiendo trabajado en tantas películas (más de 80) y con tantos grandes realizadores; ¿qué lo motiva a seguir actuando? - Fundamentalmente la curiosidad; si acordamos que las cosas no son lo que parecen ser siempre es bueno poder tener un cambio de percepción. Me atrae profundamente esa situación en la que uno cree que determinada cuestión es de tal modo y después se revela que es de otro, ese cambio en la percepción que se produce en el juego actoral sigue siendo central para mí.

Telam