Matías Bagnato tenía 16 años cuando la tragedia se llevó violentamente a toda su familia, incluso a un amiguito que estaba en su casa. Todos murieron calcinados mientras dormían, cuando alguien incendió su casa deliberadamente. Matías logró escapar milagrosamente por una ventana y quedó al cuidado de su abuela.
El joven, que ahora tiene 33 años, estuvo en la casa de Gran Hermano en 2002 y está recibiendo llamadas intimidantes desde hace algún tiempo, según publica diario La Nación, por esta razón vive con custodia policial, sus teléfonos están intervenidos y su caso está manejado en línea directa con el ministro de Justicia, Julio Alak y con el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
El hombre es comisario de a bordo y cuando ingresó a la casa de Gran Hermano se había quedado sin trabajo. En el reality salió tercero, pero aprovechó la pequeña fama para volver a su trabajo con los aviones, consiguió trabajo en Aerolíneas Argentinas como tripulante de cabina en los vuelos de cabotaje.
Todo estaba bien hasta que en septiembre del año pasado, un llamado telefónico con la voz del asesino de su familia le sacó todo lo que había conseguido. Asi se enteraba Matías que el asesino de su familia estaba libre. Se desesperó y recurrió directamente a Alak y Fernández. Amparado por la justicia argentina, pudo conseguir una licencia laboral y sólo vuela cada determinados meses, como para no perder la regularidad y las habilitaciones que otorga la Fuerza Aérea. Pero por una cuestión de seguridad, está casi todo el tiempo en su casa, con su abuela de 83 años.
UN EX PARTICIPANTE DE GH TEME POR SU VIDA
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