El mismo diario fundamenta el vínculo publicando algunas fotos donde se ve a la presunta pareja muy acaramelada en la fiesta de cumpleaños de un familiar de la modelo. Las imágenes muestran a Larissa y Fabbro haciéndose mimos, participando del karaoke y cantando a dúo.
Desde el entorno del futbolista, no ven con buenos ojos esta relación, que ya lleva algunos meses, pues desde que el rumor tomó fuerza las lesiones comenzaron a aparecer en la vida del mediocampista argentino, aun hoy lesionado desde algunos días.
Consultado por un medio guaraní, Fabbro puso por encima de su relación con la conejita de Playboy la lesión de la cual debe recuperarse, dado que su equipo ha sufrido un gran bajón de nivel y perdió posiciones en el campeonato local.
“Larissa Riquelme me importa menos que mi lesión. Hace bastante ya que estoy así, ya tengo muchas ganas de jugar a pesar de que todavía no estoy listo. Me tengo que recuperar bien y cuando esté bien, voy a volver con todo”.
Fuera de su lesión, que lo tiene fuera de las canchas, fue consultado acerca del estado de su corazón, a lo que sin dramas respondió: “Gracias a Dios estoy muy bien, disfrutando del día a día, de las cosas que estoy haciendo, con la gente que tengo al lado, mi familia. La verdad que por ese lado estoy muy bien, me apoyan mucho”, resaltó, pero sin nombrar dentro de ese entorno a Larissa.
Otro de los temas que preocupan al futbolista de esta relación hecha pública es el judicial. El futbolista se separó de su mujer hace poco tiempo, pero no puede evitar el acoso de parte de ella.
Según pudo averiguar Crónica, Carolina, esposa de Fabbro, apareció el lunes en la casa del mediocampista con intenciones de retirar muebles y muchas pertenencias de ella. La mujer del jugador habría sido puesta de patitas en la calle luego de una escandalosa discusión en la que el hermano del jugador, Darío Fabbro, tuvo que intermediar para calmar las aguas.
La ex de Jonathan no sólo habría visto las fotos con Larissa, también encontró fotografías de ambos en la intimidad de su casa.
A raíz de esto, Carolina estaría decidida a llevar todo a la justicia y exigir 300.000 dólares para firmar el divorcio.
