Con el tema central de la discriminación, esta precuela de la historia lleva la acción a una conocida escena de la saga: cuando los padres de Erik (posteriormente Magneto) son llevados a un campo de concentración alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
A partir de allí conoceremos al villano de la trama: Kevin Bacon, devenido en médico experimentador de fenómenos paranormales del nazismo.
La acción prosigue a nivel mundial, en un panorama que incluye también a la Argentina (aunque algo deformada con una imagen de una Villa Gesell lacustre), en plena Guerra Fría.
Sobre este telón histórico de fondo, el filme se toma la libertad de postular que fueron los X-Men los que evitaron que la crisis de los misiles de Cuba en 1962 -punto culmine del enfrentamiento en la Unión Soviética y Estados Unidos durante el gobierno John F. Kennedy- no derivara en una conflagración mundial.
Con dirección de Matthew Vaughn, cuyo currículum suma varias producciones aunque ninguna de este calibre, la película presenta una tensión considerable gracias al antagonismo de los protagonistas, Xavier y Erik, corporizados por James McAvoy y Michael Fassbender, pero sobre todo por lo que se está contando, más allá del cómo.
Vaughn no buscó tanto la espectacularidad sino centrarse en el tema básico X- Men, la diferencia y la mirada de la sociedad, en este caso dada por la CIA, personificada por Rosie Byrne y Oliver Platt, quienes tratarán de encontrar una utilidad gubernamental para los poderes de los mutantes.
La juventud de Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult, Zoe Kravitz, January Jones, Edi Gateghi y Lucas Till revitaliza la saga con nuevos protagonistas que, sin lugar a dudas, protagonizarán otra aventura parecida y seguirán develando incógnitas.
En esta oportunidad, además de enterarnos cómo descubre Xavier al resto, también se devela el origen de Mystique y Bestia; y cómo quedó paralítico el profesor.
Como yapa, dos viejos conocidos como Hugh Jackman (Wolverine) y Rebecca Romjin hacen respectivos cameos como para mantener vivo el interés de los fanáticos, quienes, seguramente, se sentirán satisfechos con esta correcta visión de los comienzos de un cómic que todavía da para mucho más.
