Gustavo también posó en el baño, el lugar preferido de Fort, donde solía pasar cuarenta minutos pensando y fumando. También se puede ver a los niños junto con sus mascotas y los objetos preferidos del chocolatero: jeans con strass, zapatillas, cinturones y gorros.
Entre los perfumes y las cremas tenía un pequeño altar y agua bendita. Martínez aún conserva el último perfume de Fort, Sequoia, y quiere donar sus cosas para beneficencia.
Estas fotos no habrían caído muy bien en la familia Fort ya que no les parecería bien que se exponga a los menores en una revista.
