EL PUBLICO DE EL ELEGIDO ES COMPROMETIDO

Adriana Lorenzón, autora de la novela nocturna "El elegido", junto a Gustavo Belatti, aseguró que el público que sigue a la telenovela que se emite por Telefé es como el de otras épocas: "se involucra con la historia, sugiere e imagina".

"La gente participa en la pagina web, en los foros, en los comentarios y muchas veces hasta nos sorprendemos de las cosas que imagina acerca de determinados personajes o líneas de historia, ése es el público que me gusta, y lo que yo soy como público también", indicó la guionista en charla con Télam.

A cargo del libro de "Señor y Señora Cama", la nueva ficción de Canal 7, la autora se desempeña en la TV desde hace años y es responsable de tiras como "Montecristo", "Buenos vecinos", "Los Roldán", "Costumbres argentinas", "Provócame" y "Ricos y famosos".

En la entrevista que mantuvo con Télam, Lorenzón habló -entre otras cosas- del presente que atraviesa el programa protagonizado por Pablo Echarri y Paola Krum, de su especial vínculo con los actores, de la incidencia que tiene el rating a la hora de escribir, de su concepción del culebrón como género y del trabajo en la composición de los personajes.

"El elegido", la primera que cuenta con producción del mismo Echarri, logra mantener el suspenso capítulo a capítulo a partir de un guión que combina misticismo, amor y elementos del policial, con personajes bien delineados y un elenco de figuras notables entre las que también se lucen Lito Cruz, Leticia Brédice, Leonor Manso, Patricio Contreras y Mónica Antonópulos.

-¿Cómo recibe las buenas críticas cosechadas por "El elegido"? -Nuestro objetivo era hacer una novela en la que el público pudiera sentirse parte y no verla como mero espectador, recibiendo sólo un resultado de lo que el autor tramó. Y esta diferencia se marca en la elección de los conflictos, en los puntos de giro de la historia y en el lenguaje con el que se la cuenta.

La crítica nos trató muy bien y eso me halaga ya que tenemos críticos bastante conocedores del medio televisivo. Y más allá de los resultados, me encanta que se valore el esfuerzo con que está hecha la novela, sin recurrir a los lugares comunes.

-Después del éxito que fue "Montecristo", ¿fue difícil encarar otro proyecto y superar la apuesta? ¿Cuál cree que es la diferencia principal entre ambas telenovelas? -Son novelas totalmente diferentes, tanto en su temática como en su tratamiento. "Montecristo", además de ser la versión libre de un clásico, tuvo una impronta muy comprometida con la realidad política.

No sé si el objetivo es superar la apuesta en cuanto a los resultados, pero sí en cuanto a la trama. "El elegido" tiene una historia compleja y sus personajes son mucho más profundos, incluso, que los de "Montecristo", que ya lo eran.

-¿Cómo trabajan en el diseño de los personajes? Para lograr esa profundidad en cada uno de ellos, ¿interactúa con los actores? -Me gusta trabajar en equipo y tenemos ese privilegio, todo lo que se ve en la novela está conversado con los productores y con los actores, tenemos la suerte de contar con un elenco de excelencia.

Todos son inteligentes, creativos y comprometidos, yo amo a los actores, los admiro y me resulta fascinante ver cómo encarnan un personaje dejando su propia piel en el camarín. En este elenco hay actores que me subyugan con lo que hacen. Se adueñan del personaje y los autores terminamos tomando lo que el actor nos da, cuando esto sucede, es magia pura.

-Cada capítulo logra tener vida propia y mantiene al televidente expectante. ¿Ese resultado es consecuencia de la experiencia adquirida en tantos años en la TV? -Cuando escribía "Buenos vecinos", Moria Casán me dijo que los capítulos del programa tenían como un zapping en sí mismo y con los años me fui dando cuenta que ese es mi estilo de escribir, me gusta contar un cuento que dure 120 capítulos, pero eso no significa que en el medio no puedan suceder otras cosas.

El encanto de desarrollar las subtramas de una historia es lo que hace que el programa resulte entretenido. Todos sabemos o intuimos que los buenos van a ganar, que los malos van a ser castigados y que el amor se va a realizar, pero ¿por qué ir a lo obvio? Los personajes, como las personas, tienen una tercera dimensión y es interesante meterse en el mundo de cada uno, hurgar en lo que no se ve y mostrarlo también. Federico Fellini decía: "no quiero demostrar nada, prefiero mostrarlo", y a mí me gusta mostrar todo lo que una historia tenga para contar.

-¿Cuánto repercute el tema del rating a la hora de escribir? -Todo el tiempo estamos buscando más, si bien la novela tiene cierta estabilidad en cuanto al rating, creo que da para más y a veces me sorprende que todo el mundo me hable de ella y no siempre se vea reflejado en el rating.

Es algo incierto, tal vez el público que la mira sea justo con el que me cruzo, o tal vez necesitamos que las mediciones no sean unilaterales. Es raro que una sola empresa mida el rating y haya que considerar eso como un hecho definitivo, pero así es como funciona.

-¿Es cierto que para elevar los niveles de audiencia hubo vuelco en el libro más inclinado hacia el género del culebrón? -"Culebrón" no es una mala palabra, se le dice culebrón a la telenovela porque al tener tanta cantidad de capítulos, parece una serpiente larga, de esas que no terminan nunca y se van enroscando y enroscando.

"El elegido" siempre fue un melodrama. Concebido como tal y contado como tal no hubo ningún vuelco, solo que el tiempo de la historia era diferente al que estamos acostumbrados, el hecho de empezar contando la profesión de los personajes para luego contar sus vidas privadas, fue intencional, era parte de la premisa.

Es una historia que tiene que ver con el poder detrás del poder, o las trampas en las que uno puede caer corriendo detrás de la zanahoria del poder, no había forma de contar eso sino en el ámbito en que se contó para luego adentrarnos en la historia de amor que es la verdadera columna vertebral de todo melodrama.

Más que vuelco, hubo una propuesta distinta y mucha gente lo agradeció, ya que en algún punto volvió menos predecible el recorrido aunque es probable que a quienes son amantes del género, les resultara un poco fría esa presentación.

-¿Cómo vive la experiencia de volver a trabajar junto a Pablo Echarri, esta vez en su doble faceta de actor y productor? -Es maravillosa, primero porque Pablo es un excelente compañero de trabajo y líder de equipo y segundo porque se las ingenia para no descuidar ninguno de sus dos roles. Está siempre atento a todo, y al igual Martín Seefeld (también productor) va siguiendo la trama al mismo ritmo que los autores.

-¿Cómo describiría la mecánica de trabajo que tiene junto a Gustavo Belatti? -Nos repartimos tareas, es la única manera de sobrellevar una tira diaria. Con Gustavo no habíamos trabajado juntos pero nos admirábamos mutuamente y tenemos una relación muy amena.