Varada en Montevideo por un supuesto desperfecto en el avión, Mey (Carla Peterson) no puede evitar extrañar a Donofrio (Alberto Ajaka). No se resigna a perderlo, y menos en manos de Sol (Julieta Zylberberg), la insufrible azafata.
Por ese motivo, decide abandonar la aeronave, a instancias de las interminables quejas de Débora (Vivian El Jaber).
Ya en el aeropuerto, Mey intercepta a Rubén en un pasillo y se sincera por completo. Además, aprovecha la cercanía y, sin decir una palabra, le toma el rostro con sus manos y lo besa apasionadamente. Donofrio no opone ninguna resistencia y se deja llevar por el arrebato de su “rubia debilidad”.
