SODA STEREO: 30 AÑOS

El lunes 27 de agosto de 1984 se editó el debut de la banda que cambió el sonido del rock argentino durante las siguientes décadas. Charly Alberti recuerda esa época.
El régimen se a-ca-bó, se a-ca-bó!", aullaba Gustavo Cerati desde "Dietético", uno de los temas del debut discográfico de Soda Stereo, editado un día como hoy, hace 30 años, recordó Tiempo Argentino.

Las huellas de la nefasta dictadura militar todavía estaban frescas; pero a 271 días de su final, la frase del tema se prestaba a doble lectura. Porque se trataba de una ironía hacia el mundo "diet", pero también de los últimos coletazos de una celebración dentro del rock nacional. Hay que recordar los ya legendarios recitales en Barrancas de Belgrano en los que tocaban gratis los más destacados grupos y solistas del rock, festejando la caída del régimen militar. Era verdad, se había acabado.

En diciembre de 1983, mientras Raúl Alfonsín se ponía la banda presidencial, Soda Stereo se aprestaba a dar el gran salto. Pero había dificultades que sortear. La primera tenía que ver con el contrato que los vinculaba con la compañía discográfica CBS (hoy Sony Music), por el cual debían grabar un disco, pero que todavía no tenía luz verde por parte de los ejecutivos. Había desconfianza porque el rock estaba en un proceso de recambio poco claro.

"Recrudece, de Virus, había vendido solamente ocho mil copias", confirma el empresario Carlos Rodríguez Ares. "Las cintas del disco siguiente las tuve que costear yo, porque como vendieron tan poco no se querían arriesgar."

Pese a la repercusión de Clics modernos de Charly García, que sacudió la estética del rock argentino como una bomba de neutrones, y el éxito fulminante de La dicha en movimiento de Los Twist, todavía no se sabía hacia dónde iría el mercado del rock, en plena ebullición, pero con algún pronóstico de enfriamiento.

Antes que el tristemente célebre Galtieri decidiera la ocupación de las Islas Malvinas, Charly Alberti intentaba el cortejo de una chica que no prosperó. Sin embargo, en el transcurso de la maniobra supo de un hermano guitarrista con gustos similares a los suyos. Su llamada fue decisiva en la gestación de Soda Stereo. "Laura me puso a Gustavo al teléfono –en esa época, el teléfono era fijo y estaba en un lugar determinado de la casa–, hablé con él y le propuse que hiciéramos un grupo onda The Police –explica Charly Alberti–; en esa época había muy pocas bandas en ese estilo. Le pregunté si conocía a algún bajista y me dijo que tenía uno. Ahí nació Soda Stereo."

Héctor Bosio, que pasó a la historia como Zeta, y Gustavo Cerati se conocían de antes. Nuevamente, las Fuerzas Armadas argentinas le hacen un gran aporte al rock nacional. Años antes, cuando forzaron a Carlos Alberto García Moreno (más conocido como Charly) a hacer la conscripción, y él forzó al Ejército a dejarlo libre con un rosario de locuras, durante esa cinchada nació "Canción para mi muerte" de Sui Generis. En este caso, la cosa fue más voluntaria, porque Zeta decidió alistarse en la Fragata Libertad, para recorrer los mares tocando los estilos más diversos. Volvió en 1979 para retomar la facultad, y gracias a la demora, conoció a un núcleo de nuevos alumnos entre los que estaban Gustavo Cerati y Alfredo Lois, que se convertiría en el "director de arte" de la futura banda –"¡cuando ni siquiera teníamos cables o cuerdas!", contó alguna vez Cerati–. Cada uno tenía su camino musical que cada tanto se cruzaba con el del otro, hasta que la llamada de Alberti propició el ensamble definitivo.

El bautismo fue difícil porque no lograban un acuerdo. Quizás haya sido Triciclo el nombre que más tiempo permaneció, pero antes pasaron por Pelitos, Rockefort, Taras Bulba, Estereo, Estereo Tipos, Los Estereotipos, Extra, Aerosol y Sidecar. Soda era otra posibilidad que acrecentó sus chances cuando le sumaron el "estéreo" que quedó como "stereo". Además de director de arte, Soda ya tenía mánager en la figura de Marcelo Angiolini, un sonidista que se hizo amigo de Zeta en un show de su anterior banda The Morgan en Punta del Este. Gustavo les pidió refugio cuando una aventura musical suya en la ciudad balnearia oriental derivó en naufragio.

También hubo intentos varios de sumar un cuarto o quinto integrante: Ulises Butrón, Daniel Melero, Aníbal René, Eduardo Rogati y Richard Coleman, que fue el que les dijo que sentía que la energía de los tres era suficiente, que no podía agregarles nada.
Charly Alberti fue en búsqueda de Rodríguez Ares, un productor que sintonizaba la frecuencia "moderna". "Me vino a ver al Italpark, donde yo estaba haciendo un show de Los Helicópteros y me dijo que tenía un grupo que me iba a interesar. Los fui a ver a Zero, un boliche en la calle República de la India, y me encantaron. Quería comenzar a trabajar ya."

Cuando lo contactaron, el grupo ya estaba fichado para CBS, pero en pausa. "Lo que nos ayudó fue el éxito de Virus; cuando Agujero Interior vendió 36 mil copias y me dieron carta blanca. Lo conversé con Federico Moura y también le propuse que hiciera la producción artística de Soda."

"Federico no tuvo mucha injerencia en los temas –dice Alberti–, porque nosotros ya los veníamos ensayando desde hacía mucho y estaban pulidos. Pero nos ayudó mucho con la experiencia que tenía, dándonos seguridad cuando las cosas se complicaban en el estudio."

Una de las cláusulas del contrato de Soda Stereo con CBS estipulaba que el disco debía ser grabado en el estudio de la calle Paraguay al 1500 de la compañía. Un estudio viejo, con equipamento anticuado y venido a menos. "Federico fue fundamental –retoma Charly–, para que no nos dispersáramos en medio del caos que significaba trabajar en el estudio de CBS. Porque era muy común que comenzáramos a pasar un tema con un técnico, y cuando volvíamos a levantar la vista, ya había otro técnico en la consola."

El ensayo de años y el vivo constante del grupo posibilitaron que la grabación progresase con velocidad pese a los problemas. "Hacía un frío intenso y las jornadas eran largas, a veces de ocho horas. A veces, nos sentíamos en Siberia", vuelve a resumir Alberti, que en su set incluyó algunos elementos de batería electrónica y unas timbaletas "que se las robé a mi viejo, Tito Alberti, que era percusionista". Esas timbaletas juegan un papel fundamental en la sonoridad de "¿Por qué no puedo ser del jet-set?", por ejemplo.

El 27 de agosto de 1984 salió a la calle el primer LP (luego sería reeditado en CD una y otra vez) de Soda Stereo. El álbum fue una bomba y accedió a una difusión inmediata a través de las radios con el tema "Te hacen falta vitaminas", al que después seguirían "Jet-Set", "Sobredosis de TV", "Un misil en mi placard" y "Trátame suavemente", una canción de Daniel Melero que Rodríguez Ares había querido para Virus, pero que el autor rehusó ceder. Volvió a insistir y Melero aceptó que Soda la grabara, convirtiéndola en un clásico.

"El disco de Soda comenzó a vender de inmediato –asegura Rodríguez Ares–; en ese sentido creo que sirvió mucho el trabajo que habíamos hecho con Virus, porque hasta entonces se le llamaba rock a cosas que estaban vinculadas con el folklore. Soda Stereo no hubiera tenido ese éxito sin el de Virus, que le abrió una puerta a un montón de bandas que de otro modo no habrían salido. El agregado de Federico como productor artístico, más el tema de Melero, hizo que se redondeara un disco que, mucha gente cuando lea esto me va a querer matar, es el mejor disco de Soda Stereo, en mi opinión. No niego lo que viene después que es maravilloso. Pero ese disco representa a la banda que yo vi y que me enamoró."

Charly Alberti recuerda que "la recepción fue muy buena por parte de los músicos, porque por ahí no se copaban mucho con la música que hacíamos, pero como veían que tocábamos bien nos tiraban buena onda. No te olvides que salíamos del jazz-rock, y lo que nosotros hacíamos no se entendía demasiado. Pero hubo un 99% de buena onda. La prensa fue más reacia, y creo que hasta Signos no nos entendieron pese a que Nada personal había sido un cambio fuerte". "Me acuerdo que salió una nota de Soda en una revista muy importante –se ríe hoy Rodríguez Ares–, y que en el epígrafe de la foto pusieron: 'esperemos que esto no sea un gas'."

Gustavo y Zeta, como buenos estudiantes de publicidad que fueron, buscaban slogans que los definieran. "Nuestra música es dietética: hace adelgazar comiendo. Ante la duda, consulte a su médico", decía Cerati. Zeta: "Falta modernidad: todavía están un poco reprimidos, pero basta que les digas algo y se ponen a saltar como la última vez."

No se trataba de la última, sino de la primera, y más que saltar, la gente bailó. Los cuerpos, según Rodríguez Ares, entumecidos por "conciertos aburridísimos de seis horas donde todos hablaban de la paz, de ser buenos, de vestirse de blanco", ya habían sido relajados por bandas como Los Twist, Los Abuelos de la Nada, Virus y Suéter, entre otros. Soda Stereo tuvo, además, la suerte de ser la banda exacta en el momento correcto. Todavía reinaba el optimismo de la recuperación democrática.

"Para nosotros fue un proceso largo, de dos o tres años de underground –concluye Charly Alberti–, pero teníamos toda la esperanza. Había mucha energía, adrenalina, ilusiones: fue el comienzo de todo."

30 años pasaron desde la edición original en long-play y cassette. El disco Soda Stereo luego se editó en CD y el año pasado apareció una versión en vinilo 180 gr.

Fuente: Infonews