Ana (Ingrid Pelicori) y Miguel Ángel (Mario Pasik) siguen adelante con su plan para arruinar a Guillermo (Julio Chávez). Los motiva la venganza y, por eso, no dudan en adulterar pruebas y ofrecer falsos testimonios. Cuentan con la ayuda de Orestes, quien además de ser el juez a cargo de la causa, es el padre de Camila (Julieta Cardinali).
A pedido de Guillermo, Gabriela (Griselda Siciliani) es la encargada de llevar el caso adelante, aunque todo el equipo trabaja duro para liberar a su líder. Durante la audiencia, Miguel Ángel logra demostrar que Guillermo es un hombre violento, el causante de las múltiples heridas que Ana presenta en su cuerpo. Por eso, Graziani es enviado tras las rejas.
Pedro (Benjamín Vicuña) sufre en silencio; está lleno de dudas y temores. Por un lado, no entiende por qué Guillermo no lo eligió a él como su defensor. Por otro, sabe que su suegro hará todo lo posible para dejar a Guillermo tras las rejas a pesar de su inocencia.
