La actriz y productora argentina Martina Gusmán, que hace pocos días ganará un Martín Fierro como revelación por su actuación en "Para vestir santos" donde hacía de pareja de Celeste Cid, se encuentra en el Festival de Cine más importante del mundo de la mano, nada menos que de Robert De Niro y Uma Thurman.
Martina dialogó con la Revista Hola Argentina y le contó la emoción que sintió al enterarse de la noticia. Enteráte en esta nota de Visionshow.
Se enteró por teléfono. Estaba sentada en el living de su casa cuando su marido, el director de cine Pablo Tapero (39), la llamó y le dijo: "Tengo una noticia increíble para contarte. Me llamó Thierry Frémaux, director creativo de Cannes, y me pidió tu celular para invitarte a que formes parte del jurado". Martina Gusmán (32),que lleva diez años de carrera como productora y actriz, al principió no comprendió. "Pensé que era para la selección de cortos y no para la competencia oficial. Hasta que recibí la llamada de Thierry, no podía creer lo que me estaba pasando", recuerda desde una exclusiva fiesta al aire libre sobre una colina a las afueras de Cannes. "Formar parte de este jurado me genera una responsabilidad muy grande. Es un gran impulso para mi carrera y para el cine latinoamericano en general", asegura Martina.
La primera argentina en formar parte del jurado de Cannes fue la directora Lucrecia Martel, en 2006. Ahora Martina se convirtió en la primera actriz nacional en acceder a ese lugar de privilegio. "Estar acá es un sueño cumplido –cuenta–. Thierry me explicó que me convocó porque quería una actriz latinoamericana en el jurado, y por lo bien que habían sido recibidas Leonera y Carancho, dos de las películas de Pablo que protagonicé y que llegaron a formar parte de la competencia oficial."
–¿Cómo estás viviendo el festival?
–Es increíble, algo único y muy raro. Por momentos me siento dentro de una película de ciencia ficción. Es muy surrealista estar con Robert De Niro, Uma Thurman y Jude Law, actores que admiro muchísimo. En el jurado hay una energía muy linda, de mucha expectativa. Estoy súper feliz.
–¿Se deja de hablar de cine en algún momento?
–Estamos todos bastante metidos en esto, pero obviamente también hablamos de nuestros hijos, de la vida y de la conexión con nuestro país. El trato con los demás miembros del jurado es bastante informal y muy ameno. Todos los días almorzamos juntos y hay muy buena onda.
–¿Te sentís una celebrity internacional?
–El primer día estaba muy nerviosa. Todavía estoy intentando entender dónde estoy. Si bien en Argentina tengo un reconocimiento por las películas que hice, acá hay una lógica muy distinta, hasta tengo un guardaespaldas. Trato de vivirlo como una experiencia única y como un juego. Ahora quiero relajarme y dejarme llevar por lo que me propone el festival para poder disfrutarlo. De todos modos, no me creo alguien especial.
–¿Cómo pensaste tus diferentes looks?
–Todos los vestidos que traje son de Varanasi y los accesorios, de Pérez Sanz. Cuando me enteré de que estaba invitada, hablé con ellos y les expliqué que necesitaba muchos cambios. Y, aunque acá me ofrecieron que podía vestirme el diseñador que yo quisiera, preferí traerme lo máximo que pude armado para estar más tranquila. Lo que estoy aprovechando son todas las joyas que me prestan. [Se ríe.]
- Participaste del festival como productora, actriz y ahora como jurado. ¿Qué diferencias hay entre cada experiencia?
–Como productora, estuve corriendo de un lado a otro con un montón de reuniones y tratando de vender mi proyecto. Como actriz, viví mucho más el glamour del festival, pero tenía sólo tres días para promocionar mi propia película. Y como jurado, la experiencia es muy fuerte: tengo una acreditación que me permite entrar a todos lados, me invitan a todas las fiestas, me hacen regalos y siento que todas las miradas están puestas en este lugar que ocupo.
–¿Cómo te preparaste?
–Empecé un mes antes, cuando ya estaba armada la selección de las películas. Investigué cada uno de los directores para ver cuál era su procedencia y poder entender el film en su contexto.
–Después de trabajar tanto con tu marido, ¿cómo es hacerlo con otros directores?
–Es muy diferente, siempre es un gran desafío. Trato de entender cuál es su mirada para acompañarlos en la historia que quieren contar. Con Pablo tenemos un nivel de confianza y reconocimiento mutuo que está buenísimo. Nos conocemos desde hace diez años, y siempre trabajamos juntos. Me hace muy feliz que podamos compartir la vida y el trabajo.
Revista Hola Argentina.
MARTINA GUSMÁN REPRESENTA A LA ARGENTINA EN EL FESTIVAL DE CANNES
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